Viaje de los sentidos en LOEWE Perfumes con un taller olfativo
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Hace unos días, me dirigí a las Galeries Lafayette Haussmann para una cita perfumada. Ubicado en el primer piso, el corner de LOEWE Perfumes nos acogía para un diagnóstico olfativo cautivador. Una experiencia inmersiva, ofrecida por la casa española, para redescubrir sus fragancias icónicas y sus nuevas creaciones. También fue la ocasión para sumergirnos en la historia y las inspiraciones que se esconden detrás de las velas, perfumes y jabones de LOEWE. Hoy comparto con ustedes este viaje sensorial, que me llevó de Madrid hasta el jardín de los abuelos de Jonathan Anderson, ¡entre notas ahumadas, ácidas o incluso picantes!
LOEWE Perfumes, 50 años de creación en torno a los sentidos
Desde hace más de cincuenta años, LOEWE Perfumes encanta nuestros sentidos con fragancias tan innovadoras como atemporales. Gran amante de la casa española, fue precisamente a través de su gama perfumada que descubrí la marca hace algunos años.
Acostumbrada a envolverme en las notas delicadas de los perfumes Aire, Agua o Ella, estaba impaciente por poder descubrir más de cerca las creaciones de LOEWE Perfumes, en todas sus formas y variantes. Porque sí, solo algunas direcciones revelan la totalidad de las composiciones de la casa, y desde abril pasado, tenemos el privilegio de acceder a las Galeries Lafayette Haussmann.
Esta nueva dirección, con el color del océano, refleja la creatividad y el amor por la artesanía de la casa. Y esto, tanto por su diseño como por los productos presentados. Instalados en un mostrador, trabajado con los característicos azulejos azules, pude redescubrir las velas, perfumes de interior, jabones, accesorios y las diferentes colecciones de perfumes ideadas por Núria Cruelles, nariz de la casa y Jonathan Anderson.
LOEWE Perfumes rinde homenaje a la creación y el saber hacer con piezas que mezclan la tradición con notas de innovación. Por un lado, descubrimos el trabajo de ceramistas españoles, que realzan los olores de la casa con frascos de velas o soportes de jabón orgánicos y minimalistas. Otros materiales son trabajados, como el cuero, en una versión trenzada como macetero, o bien el pino y la piedra en los tapones.
Al lado de estas piezas, una vela, con forma de candelabro, se destaca por su composición, totalmente hecha de cera, sin soporte. Estas creaciones se presentan en un arcoíris de colores, que se encuentran en cada sección de las colecciones. Entre olores, materiales y colores, LOEWE Perfumes ofrece un viaje sensorial a 360°.
Núria Cruelles y Jonathan Anderson: matrimonio de olores y emociones
Además de honrar la artesanía local y la creatividad, LOEWE Perfumes imagina sus productos en torno a historias y recuerdos. Un trabajo de ensamblaje, hecho para transportar a quien se perfuma con las fragancias de la casa. Así, al encender la mecha de una vela o al aplicar una bruma sobre uno mismo, comienza una escapada hacia la imaginación de dos personas, la del nariz de la casa y su director artístico.
Trabajando en dúo o en solitario en las colecciones, las inspiraciones del dúo envuelven las creaciones de LOEWE Perfumes con una emoción particular.
En cuanto a las velas, este taller olfativo me sumergió en el jardín de los abuelos de Jonathan Anderson, quien se inspiró en él para determinar las fragancias. Hoja de tomate, orégano, champiñón, pepino, ciprés o incluso madreselva nos transportan así a plena naturaleza, junto a olores más inusuales como el nuevo wasabi.
Las fragancias se descubren de forma individual o se complementan para crear bouquets sorprendentes y cautivadores. Después de un momento navegando de una a otra, mi corazón se inclina hacia tres fragancias, de las cuales una, que ya me había seducido en su versión de jabón, es el orégano. La vela también presenta una bonita historia sobre su frasco. Este último fue ideado por Jonathan Anderson, en referencia a una taza griega del siglo V que compró en una subasta.
Mi segundo descubrimiento se centró en una colección ideada por Núria Cruelles. Me refiero a la gama de extractos de perfume Un Paseo Por Madrid, entiendan «un paseo por Madrid». Y aquí también, el viaje me maravilló en todos los aspectos.
Trabajando con una sinestesia (asociación de varios sentidos por el cerebro), la nariz de la casa ha imaginado varias fragancias que reflejan lugares de la capital española. Un descubrimiento olfativo impactante que me dejó boquiabierta. Entre una noche en la ópera o un desvío por el mercado cubierto, las fragancias son únicas y nos transportan a lo largo de su evolución sobre la piel.
Este taller en LOEWE Perfumes me llevó en un viaje, entre asombro y maravilla. Es una forma muy interesante de acercarse a sus creaciones y conocer su esencia misma y sus secretos. Aprecié poder redescubrir sus fragancias, y en particular el aspecto complementario de sus creaciones (cómo las velas pueden ensamblarse para crear una nueva armonía…). Y, como bonus, ocurrió un flechazo con la colección Un Paseo Por Madrid, de la cual una de las fragancias seguramente tomará el relevo de mi A Mi Aire!
Para prolongar el viaje en el universo de LOEWE, ¡los invito a descubrir el Issue 4 de la revista de la casa!