
¿Por qué la belleza de las mujeres maduras sigue estando tan poco representada en la belleza mainstream?
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¡Por fin! ¡Las mujeres maduras comienzan a ocupar el lugar que merecen! Sabemos que la belleza no tiene, o mejor dicho, ya no tiene edad. Sin embargo, tan pronto como cruzamos el umbral simbólico de los cincuenta, desaparecemos casi por completo de las campañas de belleza tradicionales. En un sector obsesionado con el resplandor juvenil, la piel suave y los rostros “instagramables”, las mujeres maduras suelen ser invisibilizadas. Pero las cosas están cambiando. Lentamente. Impulsadas por figuras como Philippine Leroy-Beaulieu o Helen Mirren, la belleza llamada « senior » finalmente comienza a hacerse un lugar. ¿Por qué hemos tenido que esperar tanto tiempo?
Una industria adicta a la juventud… y a los viejos clichés
Durante décadas, la belleza convencional se ha aferrado a un fantasma: el de la juventud eterna. Da la impresión de que solo las pieles suaves, los poros invisibles y los mejillas rellenas tienen derecho a estar en los anuncios. ¿El resultado? Un mundo de imágenes donde las mujeres desaparecen lentamente de los radares en cuanto cruzan los cincuenta. Invisibilizadas, minimizadas, edulcoradas. Como si envejecer fuera un error de gusto.
Y, sin embargo, el paradoja suprema: son precisamente estas mujeres – seguras, exigentes, experimentadas – quienes hoy poseen el poder adquisitivo más sólido del sector. Pero, ¿a quién le hablamos cuando el 90 % de las campañas se dirige a treintañeras retocadas con Photoshop? Ciertamente no a ellas.
La belleza ha sido concebida durante mucho tiempo como una lucha contra el tiempo. Una guerra silenciosa librada con promesas anti-envejecimiento y sueros milagrosos. ¿Y si cambiamos el discurso? ¿Y si dejamos de ver las arrugas como un defecto a corregir, para finalmente verlas como un capítulo de una historia que llevamos con orgullo en la piel?
Philippine Leroy-Beaulieu, la elegancia de un brillo asumido
En la pantalla, ella capta la luz. Philippine Leroy-Beaulieu no necesita artificios para brillar – su presencia es suficiente. En Emily in Paris, encarna a Sylvie, mujer de poder con un peinado impecable, un sarcasmo agudo y una porte real. A sus 62 años, está más solicitada que nunca: una carrera que despega, looks desmenuzados por la prensa, y sobre todo, una nueva función – la de embajadora de la campaña Age Perfect Collagen Expert de L’Oréal Paris, desde el 9 de junio.
Y si fascina tanto, es quizás porque no intenta hacerse pasar por una jovencita. Sin filtros, sin falsedades. Ella envejece, sí, ¿y qué? Como todo el mundo. Lo hace con estilo, personalidad, y una libertad que resuena más que un gloss en TikTok.
Philippine es un poco el contraejemplo soñado de la belleza congelada: ella se mueve, vive, asume. ¿Sus arrugas? Habla de ellas con humor. ¿Su edad? La convierte en una fortaleza. ¿Su piel? La muestra sin miedo. En resumen, ella inspira no a “ralentizar el tiempo”, sino a importarle un poco menos – y avanzar, bien en sus zapatos, bien en su piel.
¡Envejecer no es un error, es una mejora!
Si la belleza de las mujeres maduras aún molesta a algunos, quizás sea porque escapa a los códigos clásicos: no tiene nada que probar, no se disculpa por existir, y sobre todo, se niega a ser puesta en modo espera. Philippine Leroy-Beaulieu, ella, muestra que se puede envejecer con estilo, humor y brillo – sin necesidad de pasar por el retoque.
Lo que ahora esperamos de la industria no es una campaña de “diversidad” cada cinco años con tres cabellos grises de fondo en el anuncio. Es una verdadera reinvención. Una donde las arrugas se ven como historias, no como defectos a borrar. Una donde envejecer no rima con desaparecer.
Porque spoiler: las mujeres maduras están aquí, compran, deciden – y están cansadas de que se haga como si estuvieran caducadas. Quizás ya sea hora de ajustar el espejo.
Imagen principal: Philippine Leroy-Beaulieu ©L’Oréal